Generalmente el hecho de comprar una vivienda es la inversión más importante a la que nos podemos enfrentar. Es una decisión en la que hay que tener en cuenta múltiples factores que nos pueden afectar tanto a corto como largo plazo. Una hipoteca es un compromiso financiero. Por eso, antes de dar el paso, es muy importante conocer estos préstamos en profundidad y todo lo que conllevan.
Una hipoteca es un préstamo con el fin de facilitar el acceso y adquisición de una vivienda. Es una garantía del préstamo hipotecario que, generalmente, suele ser el propio inmueble que se adquiere.
Normalmente son préstamos de importes elevados, y las condiciones serán diferentes en función del tipo de inmueble que se quiere adquirir.
En caso de impago, la persona o entidad que ha realizado el préstamo puede cobrar su deuda mediante el embargamiento y la venta del inmueble.
En las hipotecas existen dos elementos muy importantes:
- El contrato de préstamo: en él se detallan las obligaciones del deudor (persona que solicita la hipoteca) y las condiciones del préstamo. Es decir, el plazo de devolución, el sistema de amortización, las cuotas, etc.
- La hipoteca: es la garantía que da el comprador de la vivienda a la entidad que le concede el préstamo.
La cantidad que la entidad proporciona al solicitante depende de dos factores: el valor de tasación de la vivienda y la capacidad de endeudamiento de la persona que lo solicita.
Un factor muy importante a tener en cuenta es el tipo de interés: fijo o variable. Este último implica una cláusula suelo que hace que en caso que el interés de referencia baje, la hipoteca no lo haga. Por el contrario, cuando éste suba, el deudor tendrá que afrontar el sobrecoste.
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