El señor Manuel Vicens i Montaner fue un corredor de cambio y bolsa que encargó su casa de veraneo a un joven Antoni Gaudí, de 31 años. El arquitecto catalán creó para él su primera vivienda, una casa completamente original, inspirada en la naturaleza, el arte morisco, las luces y las sombras y la exuberante vegetación mediterránea. La Casa Vicens permaneció siendo una vivienda privada del barrio de Gràcia durante más de 130 años.
Tras un proyecto de rehabilitación, sus puertas se abrieron al público el año pasado. Ahora, este edificio tiene una nueva función museística y cultural, tiene salas de exposiciones permanentes y temporales, y se realizan actividades culturales y educativas para todas las edades.
En la Casa Vicens la naturaleza está siempre presente, fuera y dentro del hogar. En este edificio, Patrimonio Mundial, destacan las hojas de palmito en hierro fundido de la reja de la entrada y las baldosas cerámicas de la fachada con flores de clavel de moro amarillas y verdes.
Además, las plantas crecen sugerentes en el amplio jardín que rodea la casa porque Gaudí buscó precisamente que se integrarán en la sala de estar, o comedor, a través del espacio semiabierto de la planta baja. La vegetación también puede verse en las pinturas del interior, en la carpintería, en las vidrieras de los ventanales o en la decoración mural.
Una vivienda con un diseño extraordinario
Por su orientación, esta casa también tiene unas condiciones climáticas muy favorables durante todos los meses del año. En su origen el jardín tenía, además, una gran cascada que conseguía refrescar el ambiente. Aunque no se ha podido recuperar esta caída de agua, ni la antigua fuente circular, ni el mirador del jardín, tras la rehabilitación sí se ha buscado recrear el ambiente de la Casa Vicens recuperando el manantial y las plantas propias de la época.
Una de las salas más exóticas de la Casa Vicens es la sala del fumador. Aquí, su techo de mocárabes de yeso policromado en verde, azul y dorado, demuestra lo importante que era la arquitectura oriental en este momento. Además, Gaudí deja claro el gusto de la época por llevar al interior doméstico el arte y la decoración de culturas lejanas y desconocidas.
Pero más allá de los elementos orientalistas, esta casa rompió definitivamente con la estética de la arquitectura doméstica catalana tradicional. La Casa Vicens sigue considerándose una de las obras maestras de Gaudí y un destacado lugar turístico en la ciudad de Barcelona.
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