El histórico recinto del Mercat de Sant Antoni volvió a abrir sus puertas el 23 de mayo del 2018. Una inauguración que llega tras casi nueve años de obras que han permitido rescatar el aspecto original de este emblemático lugar. La reforma ha supuesto una inversión de unos 80 millones de euros en este importante mercado que cuenta con una superficie total de 53.388m2, distribuidos en cinco plantas-cuatro de ellas subterráneas-.
El Mercat de Sant Antoni es uno de los mercados más importantes de la ciudad de Barcelona, ya que tiene una gran oferta comercial durante los siete días de la semana, siendo un mercado de mercados, debido a que el recinto y sus alrededores acogen espacios comerciales de distintos productos: alimentación fresca, los encantes y el dominical del libro.
Cuando el 10 de octubre del 2009 se cerró totalmente el mercado, nadie suponía que el fin de la obra se iría postergando hasta la actualidad, ya que la reforma se ha ido ralentizando debido a los restos arqueológicos que se fueron encontrando, como la Vía Augusta Romana y la necrópolis, así como los restos del baluarte de Sant Antoni. Estos descubrimientos de la Barcelona romana y del siglo XVII tendrán su propio espacio museístico dentro del Mercat de Sant Antoni.
La renovación de este espacio también ha permitido la creación de cuatro plazas triangulares para el barrio, que han aparecido tras eliminar la pérgola que se instaló en 1929 con el fin de albergar el mercado de los encantes. Tras la obra, cuenta con 235 establecimientos: 52 paradas que corresponden al mercado alimentario, que se instalaran en el pasillo central; 105 paradas de los encantes, situadas en los laterales del mercado; y 78 paradas del mercado dominical, el cual es exterior con marquesinas retractiles y se haya alrededor del recinto, entre las calles Tamarit y Urgell.
Otras instalaciones novedosas, a parte del espacio museístico, son un supermercado y un gimnasio, que se estrenará en otoño. Además, el mercado cuenta con 400 plazas de aparcamiento que también podrán usar los comerciantes del barrio para descargar material y productos.
Uno de los principales retos a los que se enfrenta en esta nueva etapa, es evitar a toda costa que el Mercat de Sant Antoni se convierta en el mismo modelo que el Mercat de la Boquería, con legiones de turistas por los pasillos y donde los vecinos han quedado desplazados. Con tal de evitar esta situación, se ha limitado los puestos de degustación y hostelería dentro del recinto. Esta motivación responde a la necesidad de los barceloneses y barcelonesas, los cuales consideran que los 43 mercados municipales de la Ciudad Condal son un servicio público muy importante, de hecho, están valorados con una nota media de 7,3 sobre 10 por la ciudadanía, según el informe ‘Hábitos de consumo y polaridad comercial de Barcelona’. Los datos recopilados por el Ayuntamiento de Barcelona para este estudio demuestran que el 94% de los ciudadanos compra los productos habituales de alimentación en comercios y mercados de su barrio de residencia, y el 69,6% responde a la misma tendencia, pero con productos no alimentarios.
EL PASADO DEL MERCAT DE SANT ANTONI
El Mercat de Sant Antoni en su origen se trataba de un mercado al aire libre situado en el acceso sur de una Barcelona amurallada, concretamente estaba localizado en el portal de Sant Antoni. En esta época ya era un importante mercado por tener la ubicación perfecta, ya que se trataba de una zona de paso para aquellos que entraban o salían de la ciudad. Gracias a los programas de expansión de la ciudad y la desaparición de las murallas, el mercado se reconstruyó para garantizar su permanencia y mejorar el abastecimiento de toda la ciudad de Barcelona, una urbe que estaba en plena época de cambio debido al Pla Cerdà, un proyecto que transformó la Ciudad Condal por completo- con la aparición de la Eixample– y que era una brillante idea del ingeniero Ildefons Cerdà. La obra empezó en el 1879 y acabó en septiembre del 1882.
A principios del siglo XX, los comerciantes del textil de Paral·lel y de otros productos no alimentarios empezaron a situarse alrededor del mercado para aprovechar la afluencia de gente. Así es como nació el Mercat dels Encants de Sant Antoni. Hasta día de hoy ambos mercados coexisten, de hecho, actualmente lo harán en el mismo espacio.
EL DÍA A DÍA EN EL MERCADO
Tanto en su pasado como en el presente, el Mercat de Sant Antoni abastece de las ofertas alimentarias frescas más ricas y diversas de la ciudad y el Mercat dels Encants de Sant Antoni ofrece una amplia gama de moda, textiles y productos del hogar. Más tarde se incorporaron libreros y coleccionistas los domingos, dando origen al Mercat Dominical de Sant Antoni. Hoy, es un mercado especializado en libros nuevos y antiguos, coleccionismo tradicional de postales, sellos o revistas, y donde también se encuentran todo tipo de ofertas vinculadas con cromos, videojuegos, películas y música.
La fiesta de inauguración del moderno Mercat de Sant Antoni se celebra este fin de semana, el 26 y 27 de mayo tendrán lugar 22 actividades y eventos que combinarán tradición y cultura popular del barrio.
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