A la hora de alquilar un piso, aparte de buscar la zona y un piso bonito, hay que ser analítico y organizativo, para poder llegar realmente al objetivo final: conseguir un inmueble que se ajuste al máximo a lo que nos gustaría encontrar.
Para encontrar una vivienda de alquiler, aparte del feeling y entrar y sentirte en casa, hay dos preguntas claves a tener en cuenta:
- ¿Por cuánto tiempo lo necesito? Esta es la pregunta clave ya que dependiendo de esto deberemos buscar un piso temporal, ajustando el tiempo a nuestras necesidades o por mínimo un año, buscando ya nuestra vivienda definitiva
- ¿Desde cuándo necesito el piso? El mercado de alquiler, es un mercado con amplia oferta, pero que está disponible por menos tiempo en el mercado. Para saber y encontrar realmente lo que está disponible, es recomendable buscar con un mes de antelación. Buscar con dos o tres meses de antelación, es perder el tiempo, ya que los propietarios no se van a comprometer con tanto tiempo para reservar y perder varios meses de alquiler.
Una vez hayamos analizado y decidido estas dos cuestiones es aquí donde debemos valorar todo lo demás, si es cómodo que esté amueblado, si por el contrario ya disponemos de los muebles por haber vivido en otro piso, la zona de preferencia o los requisitos que para nosotros son fundamentales, así como los secundarios que le darán un valor añadido al inmueble.
No obstante, además de esta parte que es la parte en la que prácticamente solo actúa el inquilino, alquilar un piso requiere una serie derequisitos que hay que tener en cuenta.
El contrato de alquiler, es un documento formal donde se reflejan todas las condiciones del alquiler.
Para ello es imprescindible tu identificación, la de la vivienda, la renta inicial pactada y la duración de ese contrato de alquiler. Además, se pueden incluir varias cláusulas, no menos importantes que estos datos básicos, a pesar de que pueden variar en función de varios factores. No obstante, es importante dejar claro desde el inicio los gastos que asumirán el propietario y el inquilino, así como hacer un inventario de los bienes de la vivienda en el caso de que esté amueblado y el estado en el que se encuentran. Es un modo de evitar posibles problemas futuros.
Si propietario e inquilino llegan a un acuerdo y el propietario accede a alquilar su piso a esa persona, el siguiente paso es el de la fianza. Según marca la ley, se debe de entregar al propietario la cantidad equivalente a un mes de alquiler en metálico. Esta misma ley concede la posibilidad que el propietario pida a su inquilino una garantía adicional que le asegure cumplir con todas las obligaciones pactadas en el contrato. No obstante si el cliente dispone de una documentación excelente y para evitar solicitar garantías adicionales, se solicitan directamente dos meses de fianza. Este caso se presenta cuando el piso no está amueblado y la cocina está equipada con los electrodomésticos o en el caso de la obra nueva. Estas condiciones son, de entrada, establecidas por el propietario y se podrán negociar en función de la documentación aportada por el cliente.