Hace unas semanas les hablábamos de la Casa Batlló, que tenemos la suerte de tener frente nuestra oficina, y ahora nos gustaría también hablarles de otra de las joyas de
Antonio Gaudí cercanas a nuestra oficina en
Passeig de Gràcia 56, la
Casa Milà, popularmente conocida como
La Pedrera.
La construcción de este edificio fue encargada en
1906 a Gaudí por los propietarios del solar en el número
92 del Passeig de Gràcia, Pere Milà i Camps y su esposa Roser Segimon i Artells, que deseaban una
casa señorial con un
diseño innovador. La construcción en sí sufrió diversos retrasos por diferentes motivos y se vio envuelta en algunos malentendidos, hasta que en
1912 Gaudí certificó la finalización de las obras.
El edificio consta de
seis plantas que rodean dos patios interiores más un
sótano, un
desván y la
azotea. Lo que no mucha gente sabe es que, en realidad, una única fachada esconde dos edificios adosados, con entradas independientes y con su respectivo patio de luces, que solo se comunican en la planta baja.

Lo que más llama la atención del edificio es, obviamente, su
fachada con formas onduladas, que da una sensación de continuo movimiento acentuada por el juego de luces y sombras que varían dependiendo de la hora del día. Los
balcones de hierro forjado contrastan con el tono claro de la fachada, y están decorados con motivos abstractos que simulan algas y plantas acuáticas.

La
azotea del edificio es digna de destacar también ya que no está realizada en piedra calcárea, como el resto de la fachada, sino que está recubierta en su mayoría de azulejos blancos. En esta se encuentran las
salidas de las escaleras, con forma de pequeñas torres de forma cónica cubiertas de
trencadís, de hasta 7,80 metros de altura, y
torres de ventilación, que presentan diferentes diseños. Destacan sobretodo en la azotea las famosas
chimeneas, en total 30, situadas a lo largo de toda la terraza. El color ocre y la forma de la mayoría de ellas, acabando en lo que parece ser un casco de guerrero o yelmos, han generado miles de preguntas y teorías sobre su inspiración y origen. La azotea tiene diferentes niveles y tramos de escaleras, y este hecho junto al ‘jardín de esculturas’ mencionadas anteriormente, hacen de la azotea un
lugar mágico.

La
decoración interior no es menos curiosa. En ella participaron pintores, decoradores de interiores, escultores, etc. Destacan sobre todo los
detalles marinos – como por ejemplo los falsos techos que simulan olas de mar y animales marinos – al igual que algunas
pinturas en las paredes del edificio.
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